El Sindicato y su dirigente nacional

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En estos días leyendo en la prensa “la liberación” del Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), me vino a la mente una vieja anécdota de mis 13 años como dirigente sindical “electo”. En aquella época la Secretaria General del SNTAP visitaba con frecuencia al Jefe del organismo, pero, aunque parezca absurdo, nunca preguntó quién era el representante sindical del centro, ni se molestó en saludarme antes de subir, como un relámpago, a tomar su café con quien la esperaba.

Por ironías del destino, muchas veces nos sentábamos uno al lado del otro en los Consejos de Dirección, en esa segunda fila de sillas que siempre parece un purgatorio para los que no tienen silla en la mesa principal. Y un día, quizás uno de esos días malos que a veces tenía, al levantarme le dije, más o menos:

«Soy el Secretario General del Buró Sindical del Centro y me gustaría que la próxima vez que venga a visitarnos, antes de subir la pesada escalera, pase por el Registro Central y nos saludemos.» Nunca lo hizo, es cierto, pero al menos me di el gusto de darle la opinión de quienes le pagábamos el sueldo, el auto y unas cuantas cosas más.

Este recuerdo me llevó a preguntarle a la Inteliggencia Artificial (IA), si podía explicarme, a través del reino de las abejas, por qué es tan importante que quienes trabajan participen en la elección de sus líderes y en cómo eso afecta su supervivencia. La respuesta fue tan clara que demuestra que las abejas lo saben mejor que nosotros. Aquí está:

“En las colinas de Toscana, dos colmenas vivían realidades opuestas:

La Colmena «Armonía»: Cuando su reina envejeció, las obreras evaluaron varias larvas, eligieron la más fuerte y la alimentaron con jalea real extra. El resultado fue una reina fértil y una colmena tan productiva que sobrevivió a un invierno brutal.

La Colmena «Autoritaria»: Un apicultor impuso una reina criada en laboratorio, sin consultar a las obreras. Las abejas la rechazaron: unas redujeron su trabajo, otras abandonaron el panal, y las que se quedaron lo hacían sin interés o mal. En poco tiempo, la colmena apenas sobrevivía.”

Así, la IA resumió mejor que yo una lección que los humanos no aprendemos:

«Tanto en la naturaleza como en las organizaciones humanas, la imposición genera desmotivación y rebelión silenciosa, mientras que la participación construye lealtad y empuje. Las abejas lo saben desde hace 100 millones de años, pero los humanos somos más jóvenes y nos cuesta aprender que cuando quienes ejecutan el trabajo eligen a quien los guía, el futuro se edifica sobre cimientos sólidos.»

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