Historias y Anécdotas que me acompañan

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Caminante no hay camino
sino estelas en la mar

Es raro el día que la noticia de la muerte de alguien que ronda mi edad no me despierta, y aunque sé que es normal – y hasta esperable -, esa verdad me revive el deseo de contar aquellos trozos de vida que algún día serán solo míos.

Marti dijo que «todo hombre, antes de morir, debe sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.» En mi vida he sembrado cientos de árboles y algunos de ellos aún pueden verse si transitas por la Monumental a la altura de La Cabaña. Por otra parte, aunque la vida no me dio descendencia biológica, la providencia me regaló dos maravillosas hijas.  Así que creo que, hasta aquí, cumplo con el mandamiento martiano  y solamente me faltaría escribir un libro. Pues…. Este será mi libro.

Lo he dividido en varias etapas o capítulos que más o menos engloban diferentes historias, no cronológicamente, sino más bien desde una visión emocional y del contexto donde se desarrollaron. Quizás algún día imprima estas páginas, pero mientras tanto las voy publicando en este Blog según las escribo para compartirlas con amigos.

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