Si has viajado por la costa este de Tenerife, sobre todo a la altura de Añaza y sus alrededores, habrás visto con asombro (y posiblemente tristeza) una estrambólica y enorme estructura de hormigón que se levanta casi a la orilla del mar sobre el arrecife, en total irrespeto del entorno: Se trata de el «Mamotreto de Añaza«, colosal construcción que ha estado en el centro de la controversia desde su aparición, hace casi 50 años.
Orígenes y algunos detalles constructivos
El Mamotreto de Añaza, como fue justamente bautizada, es una estructura ubicada en la región de Añaza, en el municipio de Santa Cruz de Tenerife, que se destaca por un tamaño y una arquitectura imponente, que la convierte en un elemento icónico, pero a la vez controvertido, del paisaje tenerifeño.
Sus 22 pisos de altura la convierten en una de las construcciones más altas de la isla. La fachada está dominada por una estructura inacabada de hormigón armado con ventanas pequeñas, y estructuras interconectadas que se extienden lateralmente, con una apariencia brutalista y una estética robusta y austera.
La obra fue concebida originalmente como parte de un ambicioso proyecto de desarrollo turístico que se remonta a la década de los 70 del pasado siglo y su construcción se llevó a cabo después de que una promotora privada alemana solicitara al consistorio municipal una licencia de obras para construir un hotel de 741 apartamentos. Sin embargo y por diferentes motivos, los promotores abandonaron el proyecto, dejando abandonada una enorme estructura de hormigón de 40.000 metros cuadrados en forma de Y griega que descansa sobre una superficie de 2.350 metros cuadrados, en medio del bello paisaje.
La elección del lugar para su construcción fue también un tema de debate y controversia desde un inicio, pues se hizo en una zona que era una reserva natural, generando preocupaciones entre los defensores del medio ambiente por su impacto en la biodiversidad, producto de la degradación de los hábitats locales, la fragmentación del paisaje y la pérdida de áreas verdes autóctonas
Desde su comienzo y a pesar de los avances iniciales, el proyecto se encontró con una serie de desafíos que finalmente llevaron a su abandono total 3 años después:
- Problemas Legales: Desde sus primeros días, el proyecto del Mamotreto estuvo plagado de acusaciones de irregularidades en el proceso de adjudicación de licencias de construcción. Hubo investigaciones sobre posibles actos de corrupción y falta de transparencia en la asignación de contratos, lo que resultó en litigios prolongados y paralización de la construcción.
- Peligro a la biodiversidad: Su presenvcia en el paisaje de Tenerife generó una oleada de protestas y oposición por parte de grupos ambientalistas, vecinos y defensores del patrimonio natural.
- Crisis Económica: Además de los problemas legales y la oposición, el proyecto también se vio afectado por la crisis económica que golpeó a España y Tenerife en la década de 2008. La falta de recursos y financiamiento, junto con la creciente presión pública, contribuyeron al estancamiento de la construcción.
Qué pasara finalmente con el Mamotreto de Añaza
El futuro del Mamotreto de Añaza sigue siendo incierto y aún hoy, es objeto de un debate constante por sus connotaciones ambientales y sus situación legal. A través de los años las autoridades han tratado de localizar, tanto a los propietarios del solar donde se ubica la obra, como a quienes lo construyeron, para que asuman su responsabilidad y se encarguen de su derribo, pero las gestiones no han tenido ningún exíto.
Asi las cosas, lo último conocido es que el pasado 1 de septiembre de 2023, la Agencia de Noticias EFE informaba que, finalmente, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha adjudicado el proyecto de demolición a la empresa Proyelim SM, con un plazo de entrega de cinco meses y un presupuesto de más de 123 mil euros.
Independientemente de su destino final, el Mamotreto de Añaza fue, es y será un recordatorio de los desafíos que enfrenta la planificación urbana en relación con la preservación del medio ambiente y la satisfacción de las necesidades de la comunidad. Su historia, desde su concepción hasta su actual e incierto estado, ilustra la importancia delograr un desarrollo planificado y sostenible que equilibre las demandas del crecimiento urbano con la conservación del entorno natural.
Al parecer, la suerte del Mamotreto de Añaza ya está echada, pero su legado como un proyecto monumental que capturó la atención de Tenerife perdurará por mucho tiempo. Veremos si para fin del 2023, la costa de Añaza logra deshacerse de este, tan indeseado huésped