El Drago (Dracaena draco), árbol originario de las Islas Canarias, ha desarrollado a través de los siglos una relación muy especial con la isla de Tenerife, sus tradiciones, su cultura y su historia, formando parte de numerosas leyendas y mitos que han vencido el tiempo y llegado hasta nuestros dias. Una de ellas es esta bella historia de amor que hoy les comparto.
En la isla de Tenerife, donde la majestuosa naturaleza y la rica historia se entrelazan, florece una leyenda que ha resistido el paso del tiempo: La historia de amor entre la princesa guanche Maga y el valiente guerrero Hércules, un cuento épico de amor y valentía que se desarrolló bajo la sombra protectora del antiguo Drago Milenario.
En el corazón de Tenerife se alzaba, y aún hoy se alza, este ancestral árbol cuya sabiduría ha sido testigo de incontables generaciones. Su esencia mágica y su presencia imponente lo convertían en un símbolo de respeto y reverencia para los antiguos habitantes de la isla y fue precisamente bajo su sombra que la historia de amor entre Maga y Hércules comenzó a florecer.
Los Romeo y Julieta guanches
Maga era una princesa guanche de incomparable belleza, con cabellos oscuros como la noche y ojos centelleantes como soles, que atraían la atención de todos los que la conocian. Hija del lider de su tribu, estaba prometida en matrimonio a Milán, un guerrero de noble estirpe. Pero como sucede a veces en cosas del amor, el destino tenía otros planes para ella.
Hércules, un valiente guerrero llegado a Tenerife desde tierras lejanas, había conquistado a aquellos guanches con su destreza en la batalla y su nobleza de espíritu y fue en una de sus muchas travesías por la isla, cuando conoció a Maga y deslumbrado con su belleza, lo que en un inicio fue amistad, con el tiempo se convirtió en un poderoso amor.
Sin embargo y a pesar de la atracción indomable que sentían el uno por el otro, Maga y Hércules sabían que no podían desafiar las leyes de su tribu ni traicionar a sus familias pues se debía cumplir la palabra empeñada. Era un amor imposible
El Drago Milenario: Testigo Silente
El venerado Drago Milenario mostraba su majestuosidad cerca de donde la tribu habitaba y bajo su sombre, Maga y Hércules encontraban consuelo a sus secretos males de amor. El árbol ancestral parecía comprender la profundidad de su amor y convirtió su majestuosa presencia en un refugio donde los amantes podían compartir sus sueños y promesas entre susurros y risas.
Sin embargo, la vida no dejó de caminar y finalmente, el día de la boda de Maga y Milán llegó y según la costumbre, la tribu se reunió para celebrar la ocasión. Cuentan que Maga caminaba hacia el altar con un vestido blanco y una corona de flores en su cabello que la hacían aún más bella, pero que sus ojos reflejaban una tristeza que no podía ocultar, mientras que Hércules observaba oculto entre la multitud cómo perdía el amor de su vida.
Pero en ese instante, el destino – sabio, poderoso e indetenible – intervino: Un poderoso terremoto estremeció la tierra y la choza donde se celebraba la boda colapsó, sepultando a muchos bajo los escombros.
Aterrada, la princesa-novia llamó desesperadamente a Hércules en busca de ayuda y su amado, sin pensarlo dos veces y apartando las piedras que se interponían en su camino, corrió hacia la estructura colapsada y ante el asombro de todos, con la fuerza sobrenatural que da el amor levantó las pesadas piedras que la aprisionaban. La valentía y sacrificio del guerrero en medio del caos dejaron a la tribu asombrada y mientras Maga miraba a su salvador con asombro, comprendió que su amor verdadero siempre había estado a su lado.
Tras el derrumbe de la choza donde se celebraba la boda y el rescate heroico de Maga por parte de Hércules, todos quedaron impresionados y Milán, comprendiendo la fuerza del sentimiento que los unía, decidió liberar a Maga de su compromiso y permitir que siguiera el dictado de su corazón.
La leyenda de Maga y Hércules, marcada por desafíos, sacrificios, esperanza y redención, se convirtió en una leyenda que – con algunas variantes – se ha transmitido de generación a generación en Tenerife como un recordatorio de que el amor, además de superar cualquier obstáculo, será siempre el motor que impulse nuestras vidas y por ende, nuestras Leyendas personales.